Ciencia - Aburrimiento: un sentimiento cotidiano infravalorado
Un día gris de invierno y nadie tiene tiempo para hacer nada. La larga espera del autobús que llega tarde. Una dura lección en el colegio. A veces todo puede ser terriblemente aburrido, agotador y casi insoportable. Aburrido hasta la muerte, dicen. O aburrido hasta la muerte. Una cosa es cierta: a nadie le gusta el aburrimiento. Lo que los investigadores saben sobre el aburrimiento y para qué puede ser bueno.
¿Qué es el aburrimiento?
"El aburrimiento es la ausencia de todo estímulo motivador. No hay nada que me empuje o me tire", dice el profesor de psicología Oliver Schultheiss, de la Universidad de Erlangen. "Para la ciencia, el aburrimiento es una señal", afirma el psicólogo Maik Bieleke, de la Universidad de Constanza. "Nos indica que podemos estar perdiendo el tiempo y nos anima a hacer otra cosa". Sin embargo, la investigación sobre el aburrimiento está aún en pañales. "Las investigaciones que existen muestran que las áreas del cerebro relacionadas con los procesos de evaluación están activas", dice Bieleke.
¿Es el aburrimiento una cuestión de edad?
"Los niños se aburren con más frecuencia e intensidad", dice Bieleke. Esto se debe a que tienen menos oportunidades de moldear su entorno. "Sus agendas aún no están tan llenas", añade Schultheiss. Los niños también experimentan muchas cosas por primera vez y, por tanto, no tienen experiencia de lo que puede durar, por ejemplo, un viaje en coche para ir de vacaciones. "El aburrimiento cambia a lo largo de la vida", dice la socióloga Silke Ohlmeier, que publicó un libro sobre el aburrimiento en primavera. "Alcanza su punto álgido en la adolescencia. A partir de los veinte, el aburrimiento disminuye de forma constante y vuelve a aumentar en la vejez".
¿Hay personas más aburridas que otras?
Todo el mundo siente aburrimiento, pero no siempre se da cuenta. "Como es una señal fundamental, el aburrimiento suele afectar a nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta", dice Bieleke. Una de las razones es que hoy en día hay muchas formas de distraernos u ocuparnos. "Se ha vuelto atractivo echar mano del smartphone al menor indicio de aburrimiento". Por otro lado, también hay personas a las que les resulta más fácil encontrar ideas para hacer algo. Entonces dicen de sí mismos que nunca o casi nunca se aburren.
Silke Ohlmeier describe en su libro que esto también puede ser una cuestión de educación y situación económica: "Como el aburrimiento es un fenómeno cotidiano tan extendido, a menudo se describe en la investigación como un sentimiento democrático". Esto puede ser cierto para el aburrimiento situacional, el que se siente cuando se está en un atasco de tráfico, por ejemplo. La situación es distinta con el aburrimiento crónico, que puede sentirse en el trabajo o en la situación vital actual. Si tienes poco dinero, por ejemplo, no te arriesgas a cambiar de trabajo y vas menos al cine o haces deporte.
¿Hay que aguantar el aburrimiento?
"Cuando hay pocos estímulos externos, el cerebro tiende a encender el cine en la cabeza", dice Schultheiss. Soñar despierto es una estrategia contra el aburrimiento que puede dar rienda suelta a la creatividad. "Necesitamos este tiempo de descanso para nuestro cerebro". Bieleke cree que el aburrimiento es importante en sí mismo, pero no es un fin en sí mismo. "Creo que siempre hay que sopesar por qué quiero soportarlo". En la escuela, por ejemplo, puede tener sentido para aprender algo y sacar buenas notas. Ohlmeier también es partidario de dejar que se instale el aburrimiento crónico. Quienes atiborran su semana de citas no hacen más que adormecer sus sentimientos, dice. "Es importante analizar las cosas y admitir el aburrimiento para poder cambiar algo a largo plazo".
¿Cuáles son los beneficios del aburrimiento?
"El aburrimiento es un sentimiento desagradable y la gente hace mucho por escapar de él", dice Ohlmeier. "Pero el impulso no nos orienta. Es un mito que el aburrimiento per se nos haga creativos". Los estudios demuestran que el aburrimiento se percibe como algo incluso más desagradable que el esfuerzo, explica el sociólogo. "Pero lo que hacemos cuando estamos aburridos también tiene mucho que ver con lo demás que hacemos en la vida". Las personas que ven mucha televisión son más propensas a combatir el aburrimiento con la televisión que con el deporte.
¿Puedes aburrirte aunque siempre tengas algo que hacer?
Según Ohlmeier, el aburrimiento no es tanto una cuestión de falta de cantidad, sino de falta de calidad. Así que puedes tener mucho que hacer, pero encontrarlo monótono o sin sentido y sentirte poco desafiado o abrumado. Un ejemplo de ello podría ser el permiso parental, en el que las mamás y los papás están ocupados con su hijo pequeño todo el tiempo, y a veces se aburren de todos modos porque les falta tiempo para sí mismos y sus capacidades cognitivas, dice Ohlmeier. Incluso personas con profesiones supuestamente apasionantes, como cirujanos o abogados, pueden aburrirse cuando en realidad quieren dedicarse a otra cosa.
¿Puede enfermar el aburrimiento?
El aburrimiento extremo produce cansancio, apatía y agotamiento. "Cuando nos aburrimos de verdad, nos cuesta ponernos en marcha", dice Ohlmeier, explicando que ella misma sufrió aburrimiento durante su formación. "Los largos periodos de aburrimiento no relajan. Nos estresa y nos vuelve inquietos". A largo plazo, el aburrimiento crónico puede tener graves consecuencias, como depresión, trastornos alimentarios y adicción.
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Fuente: www.stern.de