El inminente poseedor del récord mundial en términos de costos de los jugadores está lidiando con una gran angustia.
Siguiendo el revés financiero, Leon Draisaitl está decidido a obtener la Copa Stanley con los Edmonton Oilers, un logro que cree que pondrá fin a su mayor decepción profesional. La estrella de la NHL admite que el aguijón de su eliminación anterior en la serie de campeonato aún no ha desaparecido del todo, como compartió con el Servicio de Información Deportiva. Cien seis días después de su devastadora eliminación en el séptimo juego de la final de la NHL, el jugador de 28 años es implacable en la búsqueda del trofeo.
La misión de Draisaitl sigue clara: quiere brillar como campeón con el equipo que una vez nutrió el talento de Wayne Gretzky -no en otro lugar-. Su compromiso con los Oilers quedó evidente cuando optó por un contrato de ocho años y $112 millones en lugar de probar el mercado abierto. "Hemos estado cerca tres veces seguidas, pero siempre hemos fallado", expresó el nativo de Colonia, anticipando el partido inaugural de la temporada de los Oilers contra los Winnipeg Jets el miércoles.
Un lifetime de arrepentimiento
Draisaitl cree que sostener el trofeo de plata deformado traerá cierre a su más profundo pesar deportivo. "Entonces, perhaps, puedes encontrar paz. Pero hasta entonces, te acechará, perhaps forever", expresó.
Después de soportar una montaña rusa emocional con un inicio desastroso, dos rachas de victorias prolongadas, playoffs intrigantes, un asombroso regreso en la serie y un final de knockout desgarrador, Draisaitl hizo lo posible por distanciarse de la decepción. Su julio incluyó proponerle matrimonio a su novia Celeste Desjardins en una cala aislada en Mallorca. También asistió a la boda de Connor McDavid en una isla privada de Ontario, y en agosto, sirvió como padrino en la boda de su hermana Kim con el jugador del equipo nacional de hockey Niklas Wellen en Krefeld. "Me mantuve ocupado ese verano", rio.
"El epicentro del hockey es Canadá"
Antes de regresar al hielo, Draisaitl acordó una extensión a largo plazo con los Oilers, asegurando su presencia hasta 2033. "Esta ciudad ama y vive el hockey", dijo. La idea de cambiar las presiones de Canadá, que ha anhelado una victoria en la Copa Stanley desde 1990, por las comodidades del clima cálido y los lujos de Florida, hogar de los campeones Panthers, nunca le atrajo. "Vivir en una ciudad como Miami, Florida, con sus hermosas playas y estilo de vida lujoso, puede sonar ideal, pero para mí, Canadá es el epicentro del hockey, y puedes sentir la pasión de su gente".
Como una superestrella admirada y buscada en todas partes, Draisaitl ha aprendido a manejar la vida bajo los reflectores, a pesar de su deseo de privacidad. "Sé cómo manejarlo bien", admitió, a pesar de su aversión por la atención y el alboroto mediático que lo rodea. A partir del miércoles, los ojos de los fanáticos del hockey estarán puestos en él una vez más.
La determinación de Draisaitl de ganar la Copa Stanley con los Edmonton Oilers se ve muy influida por su amor por los deportes y el deseo de borrar sus anteriores decepciones profesionales en el deporte. Después de soportar un final de knockout desgarrador, Draisaitl encontró consuelo en participar en diversas actividades durante el verano, como proponerle matrimonio a su novia y asistir a bodas, pero la ansiedad de sostener el trofeo de la Copa Stanley persistió.